Cinco libros recomendados para esta Feria del Libro
Quedan pocos días para que culmine la Feria del Libro, evento que se está realizando desde el pasado 4 de mayo en la Plaza de la Cultura. Recuerdo que hace algunos años yo era un asiduo asistente a esta actividad. Me encantaba ir, sentía que era una verdadera “fiesta de la cultura”, la disfrutaba muchísimo, incluso, iba varias veces. Luego la Feria fue cambiando, el libro dejó de ser protagonista y el resultado ha sido lo que ven en la foto de arriba.
Es cierto, los pueblos necesitan de estas ferias y los gobiernos deben de promover la cultura, aunque sea de forma hipócrita. Pero me apena mucho que un evento tan importante como lo es una Feria del Libro haya caído a niveles tan bajos por cuestiones que todo el mundo sabe. Es de todos sabido que la mayoría de personas que asisten a este evento lo hacen para comprar un “matatiempo” pero también hay la pequeña minoría que va realmente en busca de cultura: Un libro, alguna artesanía, un buen espectáculo de teatro, de música, etc., etc.
Aprovechando las circunstancias me tomaré la libertad de recomendar cinco libros que he leído y me han gustado sobremanera. No son “perlas” que cambiarán la vida de nadie, pero no estaría mal tenerlos pendientes a la hora de visitar una librería.
La hija del sepulturero, de Joyce Carol Oates. Trata los Schwart, una familia de emigrantes que llega a los Estados Unidos huyendo de la Alemania Nazi en busca de un futuro que tristemente asfixiado entre las crueldades que dejaron atrás. A través de Rebecca, la protagonista, la autora narra la intensa lucha de una joven en busca de su identidad y supervivencia en la postguerra de la Segunda Guerra Mundial y de cómo sigue adelante con su vida a pesar de las dificultades que se le presentan. El estudio psicológico de este personaje es muy minucioso, aunque a veces cuesta entenderle, sobretodo en la segunda parte del libro. Al principio cuesta engancharte, pero después de la primera páginas te absorbe y te dan ganas de pasarte la noche entera leyéndolo. Increíble que un libro que apenas me costó RD$100 en Jumbo Luperón me haya entretenido tanto.
“Chet hizo un movimiento para abrazarla. Por un momento ella se mantuvo rígida contra él, luego pareció derretirse, apretarse contra él con un estremecimiento (…) Le rodeó el rostro con las dos manos y la besó, y ella le sorprendió con la vehemencia de su respuesta. (…) Los cabellos de Hazel, mojados por el sudor, se le pegaban a la cara, a la boca. Sus pechos eran mucho más grandes y pesados de lo que hubiera imaginado, de color lechoso pálido, con pezones grandes como fresas. No estaba preparado para el abundante vello oscuro de su cuerpo, negro hirsuto en la entrepierna, ascendiendo hasta casi el ombligo. No estaba preparado para la fortaleza muscular de sus piernas, de las rodillas que lo sujetaban. Te quiero, te quiero se le ahogó en la garganta mientras, indefenso, le bombeaba su vida.
Trópico de Capricornio, de Henry Miller. Escrito con una prosa apasionada y subversiva. Miller hace una crítica demoledora del sistema de vida norteamericana de los años treinta. El libro es un hueso, a veces cuesta mucho esfuerzo leerle y entenderle, pero al final te deja algo impagable. Vale la pena. Hace un tiempo escribí algo sobre él ya que me identificaba con algunas cosas que le pasaban al personaje principal.
"La gente es idiota por naturaleza, perezosa por naturaleza, cobarde por naturaleza (…) Nunca conocí a un hombre que fuese verdaderamente rico ni verdaderamente feliz. Yo por lo menos sabía que era desgraciado, que era pobre, que estaba desarraigado, que desentonaba. Ese era mi único consuelo, mi única alegría. Pero no bastaban".
"Tenía tan poca necesidad de Dios como él de mí, y con frecuencia me decía que si Dios existiera, iría a su encuentro tranquilamente y le escupiría en la cara". "La oportunidad más maravillosa que me merece la vida es la del ser humano. Abarca todo el universo. Incluye el conocimiento de la muerte, del que ni siquiera Dios goza"
La estrategia de Chochueca, de Rita Indiana Hernández. Novela, o más un cuento largo, publicado en 2003 por esta escritora metida en tiempos recientes a cantante de merengue electrónico. Un libro que se destaca por el uso del lenguaje coloquial, ese lenguaje callejero, también presente en sus canciones, y la parodia de los iconos culturales. La capital dominicana se convierte en protagonista de lo narrado. Otra opción para leer a Rita sería con su novela Papi, publicada en 2005 y reeditada hace poco. Adjunto ejemplar autografiado.
“Lorena vivía en Naco en un apartamentazo, a unas cuadras de las Galerías, allí celebraba unos bonches apoteósicos que siempre terminaban en desastre, una riquita intoxicada vomitando por al naríz sobre un violador de quince años que soba a su amigo dormido por el Lorezepan y el Brugal. Su papi era un negociante de telas o algo así, la cosa es que nunca estaba en el país y cuando lo estaba no le importaba mucho lo que hiciera o no hiciera la Gran Lore que invitaba de boca en boca, con semanas de antelación, a un dañe colectivo, bandejas de Tiamón y jarabes codeinosos por todos lados. La mayoría de sus invitados eran chamaquitos del liceo francés , muy orgullosos de tener amigos de la clase trabajadora que no tenían carro ni piscina ni carnet del Country, pero sí muchas historias, y amigos que traqueteaban con yerba y ácidos, y un temblor seguro en el hablar que por más que nos imitaran no les salía”.
La historia de Mayta, de Mario Vargas Llosa. Una historia sobre realidades políticas. Su trama se remonta en los años sesenta cuando el comunismo se adueñaba de las mentes de los revolucionarios y estudiantes universitarios de la época, un tiempo en que se pensaba que la libertad y la justicia sólo conseguían a tiros de fusil. Según el autor, de sus obras esta es la peor entendida y más maltratada por la crítica. A pesar de eso, a mi me encantó y la recomiendo, eso sí al principio su lectura es incómoda porque necesitas de gran atención y memoria para poder leer tiempos, narradores y lugares cruzados en una sola página.
“La injusticia era monstruosa, cualquier millonario tenia más plata que un millón de pobres, los perros de los ricos comían mejor que los indios de la sierra, había que acabar con esa iniquidad, alzar al pueblo, invadir las haciendas, tomar los cuarteles, sublevar a la tropa que era parte del pueblo, desencadenar las huelgas, rehacer la sociedad de arriba a abajo, establecer la justicia. Qué envidia, ahí estaba, jovencito, delgado, buen mozo, risueño, locuaz, con sus invisibles alitas, creyendo que la revolución era una cuestión de honestidad, de valentía, de desprendimiento, de audacia. No sospechaba y acaso no llegaría nunca a saber que la revolución era una larga paciencia, una infinita rutina, una terrible sordidez, las mil una estrecheces, las mil y una vilezas…”
Tú me acariciaste y otros cuentos, de D.H. Lawrence. Selección de veinticinco relatos de uno de los escritores británicos más relevantes del siglo pasado. Sin censura, porque sus escritos fueron calificados en su tiempo de obscenos y hasta pornográficos. Una selección no sólo muestra el amplio alcance de los cuentos de Lawrence, sino que resume su desarrollo como escritor. Me gustó el cuento titulado “El hombre que adorabas las islas”.
“Había un hombre que amaba las islas. Había nacido en una pero no le satisfacía, pues había demasiada gente en ella, aparte de él. Quería una isla propia, no necesariamente estar solo en ella, pero sí hacer de ella su mundo”.
Una isla, si es bastante grande, no es mejor que un continente. Tiene que ser realmente pequeña para que uno tenga la sensación de estar en una isla, y esta historia demostrará lo pequeña que ha de ser, antes de que puedas pretender llenarla con tu propia personalidad”.
Quiero terminar de leer "Papi" recuerda que lo dejé por la pag.53.
Ya sabrás, pronto lo tendrás en tus manos.