Perros y perras al volante en las calles de Santo Domingo
Un estudio reciente llevado a cabo en Reino Unido afirma que las personas que escuchan música rock mientras manejan tienen son más propensos a verse envueltos en accidentes de tránsito. El 76% de éstos admitió haber gritado o insultado a otros conductores mientras manejaban. El estudio añade que los fanáticos de la música clásica y la música popular tienen una actitud más relajada al volante, lo que disminuye sus posibilidades de accidentes. Mientras que los que escuchan jazz tienden a recibir más multas por exceso de velocidad.
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¿Y el Reguetón y el dembow? La banda sonora de cientos de vehículos que circulan en Santo Domingo. Qué pena que estos ritmos no fueron incluidos en el estudio, ya me imaginaba sangrientas estadísticas. Sonidos agresivos, en toda su extensión, que llama a la alteración de los sentidos del que maneja, que junto con la falta de educación vial son de los grandes problemas de este país, una molestia tan grave como la interrupciones de la energía eléctrica.
Hay muchos perros al volante, vivimos en un país falto de disciplina, de reglas que se cumplan, manejar en la capital de República Dominicana casi siempre es una experiencia desagradable, tanto así que hemos llegado a aceptar la agresividad, la violación a las reglas de tránsito, el peligro y hasta el “macuteo” militar como algo normal.
¿Tendrá esto algún día solución? Como ciudadanos debemos aportar algo, sé que es difícil entre tanto caos, pero sugiero que pongamos en práctica aquellos hábitos de buena convivencia ciudadana que nos enseñaron en el colegio, como el respeto, la consideración, la paciencia y sobretodo el sentido común: Si usted sabe que por el tapón no puede atravesar esa calle, PARESE COÑO, aunque el semáforo este verde. No podemos seguir viviendo en una sociedad en donde cada miembro sólo piense en sí mismo. Un 4% a la educación para desarrollar una cultura de responsabilidad, respeto, cortesía, solidaridad y prudencia en la calles dominicanas.
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