The Sopranos, insuperable serie de TV


Hace varias semanas terminé de ver la última temporada de The Sopranos, la maravillosa serie sobre la Mafia que HBO estuvo pasando desde 2003 al 2007 y que por razones que no vienen al caso no pude ver en su momento.
¿Qué comentar luego de tal experiencia? Me encantó la serie porque es endiabladamente entretenida, el guión es maravilloso y sus diálogos son geniales. Me atrapó desde el primer capítulo su realismo, el estudio de la condición humana, la tremenda fuerza de cada uno de sus personajes, el lenguaje cinematográfico en cada uno de sus 86 capítulos, James Galdonfini en el papel de Tony Soprano, ese hijo de puta al que te es imposible odiar.
Cuantos agradables trasnochos me provocó esta serie, cuantas cosas importantes y no importantes dejé de hacer por estar clavado en mi adorado sillón comprado en Ikea viendo capítulo tras capítulo esta maravilla de serie.

Para quienes no la han visto, imagínense una fusión de The Godfather, Goldfellas, Scarface y Casino. Seis temporadas no fueron suficientes, me faltan palabras para expresar mi gratitud hacia el trabajo de James Galdonfini (actor principal) y a David Chase (creador) -entre otros- por haberme hecho pasar algunos de los mejores momentos de mi vida delante de una pantalla de televisión. Que nadie muera sin antes ver esta insuperable serie de televisión.