Dynamo

Confieso que en mi niñez, como todos los niños de mi generación, en algún momento quedé enganchado con alguna telenovela, en aquel tiempo me entretenía, pero ahora pienso con mucho pesar en todo ese tiempo perdido, un tiempo que nunca recuperaré en mi vida.
Hace una semana vi un capítulo de una novela y es increíble lo poco que han evolucionando, luego de tantos años. Las cosas siguen igual: todavía se promueve la estupidez como algo divertido.
Las novelas más bobas, predecibles y mal actuadas siguen siendo las mexicanas. Las venezolanas, peruanas y colombianas también siguen siendo estúpidas y ficticias.
Los personajes se repiten una y otra vez en cada novela, Nadie tiene empleo, la pasan discutiendo, y hablando tonterías todo el tiempo, La chica pobre se enamora del chico rico por casualidad, siempre hay un minusválido, amores imposibles, truncados por los “malos”, la protagonista siempre es la sufrida, la santa.
Y las infantiles son peores, las telenovelas infantiles son las más ridículas de todas las existentes. ¿Y para qué mencionar las juveniles?, argentinas o mexicanas, tontas historias, predecibles y sobreactuados personajes.
Hay una parte buena en las telenovelas, se ven muchas mujeres hermosas, hasta las que hacen limpieza son bellas, especialmente en las argentinas y colombianas.
Las telenovelas brasileñas no son tan malas, son muy perfeccionistas. Sus historias no se repiten, eso es lo importante. No existen “estrellas”, los actores pasan de un rol protagónico a uno secundario si protestas, la producción técnica es de gran calidad.
No entiendo cuál es la emoción en ver las telenovelas, si todo el mundo sabe cómo va a terminar pues todas son lo mismo siempre, siempre.
Las telenovelas las consumen mujeres insatisfechas sexualmente y que no les pasa nada interesantes en sus tristes vidas, sólo gozan lo que les "ocurre" a los personajes.
Odio las telenovelas, son productos hechos para embrutecer, prefiero ver un programa que me hable de la vida sexual de los inceptos africanos.